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Estilo de Vida (I)

  • http://www.consumoteca.com
  • 7 feb 2017
  • 3 Min. de lectura

El estilo de vida es el conjunto de actitudes y comportamientos que adoptan y desarrollan las personas de forma individual o colectiva para satisfacer sus necesidades como seres humanos y alcanzar su desarrollo personal.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió en 1986 el estilo de vida como “una forma general de vida basada en la interacción entre las condiciones de vida en un sentido amplio y los patrones individuales de conducta determinados por factores socioculturales y características personales”.


El estilo de vida que adoptamos tiene repercusión en la salud tanto física como psíquica.


Un estilo de vida saludable repercute de forma positiva en la salud. Comprende hábitos como la práctica habitual de ejercicio, una alimentación adecuada y saludable, el disfrute del tiempo libre, actividades de socialización, mantener la autoestima alta, etc.


Un estilo de vida poco saludable es causa de numerosas enfermedades como la obesidad o el estrés. Comprende hábitos como el consumo de sustancias tóxicas (alcohol, drogas), el tabaquismo, el sedentarismo, las prisas, la exposición a contaminantes, etc.


Mejorar la alimentación para un estilo de vida saludable.


Estás en casa, en la oficina, en el trabajo, en el coche, etc. dándole vueltas a la cabeza para ver qué haces para cambiar algún aspecto de tu vida que, por ahora, no te gusta cómo lo llevas (dieta, estrés, relación con tus hijos, ejercicio, hábitos alimenticios, tiempo libre, etc.) y estás buscando en internet pautas para una vida más saludable.


Aquí te damos unos consejos fáciles que te van a ayudar a conseguir una vida más saludable tanto para ti como para los que te rodean. Estos hábitos saludables que proponemos son para prevenir enfermedades físicas y psíquicas. Al prevenir estamos haciendo vida saludable ya que iremos menos al médico, tomaremos menos medicinas y estaremos más fuertes para afrontar el día a día.


El primer cambio de estilo de vida (tal vez el más importante) que debemos hacer es una revisión de nuestra despensa y cocina. Los productos que no es aconsejable mantener en la despensa para este nuevo cambio que queremos hacer son el azúcar refinada (azúcar blanquilla), las harinas refinadas, los productos precocinados, los snacks fritos, los productos light y las chucherías (chicles, caramelos, gomitas, etc.).


Cambiar de estilo de vida exige un cambio fácil pero drástico a la vez, pero si quieres hacer un cambio hay que hacerlo de una vez por todas y pasar esa zona de confort en la que estábamos atascados y de la que queremos salir pero no sabíamos cómo. Una vez que hemos detectado todos estos productos debemos sustituirlos por productos integrales (el arroz, la harina, la pasta).


Los azúcares a poder ser siempre por miel o bien por azúcares de caña integrales siempre y, a poder ser, mejor todavía si son ecológicos (esto ya depende del bolsillo de cada uno, de qué tiendas o productos tenemos cerca de la zona, etc.).


Siempre hay que tener productos frescos en casa como frutas, verduras, hortalizas, tubérculos, huevos, carne, pescado, queso, etc. Es indispensable tener en la despensa legumbres tanto secas como ya cocidas (lentejas, alubias, garbanzos, guisantes, etc.).


Tener conservas de pescado muy ricas en vitaminas y minerales. El pescado pequeño es mucho más aconsejable que los pescados grandes tipo salmón, atún, merluza, etc. Las conservas o botes de verduras ya cocidas (alcachofas cocidas, espinacas, pimientos, judía verde, etc.) son muy socorridas a la vez que útiles para gente que no tiene tiempo o no le gusta cocinar y en un plis plas se pueden hacer ricos y saludables platos.


Por último los congelados. Huye de la comida pre-cocinada congelada. Hablamos de carnes, pescados o verduras congeladas, fáciles de tenerlas siempre en casa. Se pueden sacar por la mañana para cocinarlas cuando tengamos tiempo.


Para todas estas personas que dicen no tener tiempo hay dos cosas, muy, muy fáciles para poder ahorrar tiempo, dinero y tener estos cambios saludables. Estas dos cosas son: hacer un menú mensual o semanal y así la lista de la compra la harás conforme a ello. Parece una tontería pero al final sabes lo que vas a comer, puedes ver cuántas veces por semana comes legumbres, o huevos, etc y cuantas no comes de algo. Te organizas, te tomas un tiempo en pensar en tus comidas y al final todo son ventajas.


 
 
 

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